Es lo cotidiano, estúpido

Eso lo ha tenido claro el candidato Henrique Capriles Radonsky y ha enfocado hacia estos temas su campaña: las necesidades de la gente, los problemas del día a día. Ha logrado mantener su discurso alejado de asuntos más abstractos como la democracia, las libertades y derechos individuales, defecto muchas veces achacado en el pasado a las promesas de los dirigentes de oposición. Sorprende que sea hoy el chavismo quien ofrece abstracciones: construir el socialismo, acabar con el capitalismo y la opresión o defender los intereses de pueblo en lugar de los intereses de burgueses y oligarcas, pueden ser buenos slogans desde la oposición porque atrapan al inconforme. Pero después de casi 14 años de gobierno, dicen muy poco a la gente común que no encuentra en estos conceptos la respuesta frente a la inseguridad, el desempleo o la puerta cerrada en el Barrio Adentro más cercano a su casa.