Gracias, Lissette. Tu escrito es cada uno de nosotros. Soy una jubilada. Cuento los dolaritos que me quedan por un trabajo que tuve y qué suerte, eh. Espero seguirla teniendo porque también es prioritario ir a ver a mis hijos y nietos a los confines del mundo. Viajar, en mi caso, es una necesidad. No es nada fácil para los hijos que se fueron venir a verme con dos hijos cada uno que tienen pasaportes no queridos en este, nuestro país. Y a ellos tampoco les sobra el dinero, y ojo no cruzaron el Darién. Son privilegiados también. Ah, y también arreglé mi carrito del 2001.
Gracias al universo este mail me llegó por la mañana, justo un domingo en el que me encuentro reflexionando sobre la situación actual de la argentina (donde vivo) y las pocas posibilidades que hay para mí. Me considero igual que usted, una privilegiada, cuando miro la realidad de mi alrededor, y una desdichada, cuando scrolleo en redes sociales, cuando intento vivir de mi arte y noto la imposibilidad de ese deseo. No hay mucho más consuelo que intentar hacer lo que a uno le gusta, y disfrutar de las cosas que el dinero no da, no compra. Un abrazo ✨
Gracias, Lissette. Tu escrito es cada uno de nosotros. Soy una jubilada. Cuento los dolaritos que me quedan por un trabajo que tuve y qué suerte, eh. Espero seguirla teniendo porque también es prioritario ir a ver a mis hijos y nietos a los confines del mundo. Viajar, en mi caso, es una necesidad. No es nada fácil para los hijos que se fueron venir a verme con dos hijos cada uno que tienen pasaportes no queridos en este, nuestro país. Y a ellos tampoco les sobra el dinero, y ojo no cruzaron el Darién. Son privilegiados también. Ah, y también arreglé mi carrito del 2001.
Las pequeñas victorias: lograr que nuestros corotos viejos sigan funcionando, ver a la familia, no desmayar.
Gracias por comentar, Mayer. Un abrazo
Gracias al universo este mail me llegó por la mañana, justo un domingo en el que me encuentro reflexionando sobre la situación actual de la argentina (donde vivo) y las pocas posibilidades que hay para mí. Me considero igual que usted, una privilegiada, cuando miro la realidad de mi alrededor, y una desdichada, cuando scrolleo en redes sociales, cuando intento vivir de mi arte y noto la imposibilidad de ese deseo. No hay mucho más consuelo que intentar hacer lo que a uno le gusta, y disfrutar de las cosas que el dinero no da, no compra. Un abrazo ✨
Hola, Pamela!
Muchas gracias por leer y por tu comentario. ¡Me encanta saber que mi texto le llegó a la persona indicada en el momento justo!
Tenemos que aprender a mirarnos de otra manera y a poner nuestro esfuerzo en lo relevante. Va un abrazo
Me gustó tu artículo. Gracias por compartirlo. Saludos
Gracias por leer, muchos saludos!